La verdad es que todavía no he sido madre y no sé lo que se
siente cuando se tiene un hijo.
Pero lo que si que sé, es que debe ser algo muy fuerte por el cariño
que recibimos de ellas día a día, esa continua lucha de andar a nuestro lado,
dejándonos libertad para echar a volar y ayudándonos a curar nuestras
alas cuando nuestro vuelo ha sido fallido. Como dice mi madre, Rose, “recogiendo
esos trocitos de mi pequeño corazón roto”.
Amelie
No hay comentarios:
Publicar un comentario